Habitar la cubierta

Si miramos en la actualidad desde nuestras azoteas, vemos un paisaje irregular, poroso pero bastante homogéneo. Las cubiertas, el espacio atalayado, recinto privilegiado de la vivienda ha visto reducidas sus posibilidades como espacio para la contemplación y desconexión. Las instalaciones han tomado la cubierta, reduciendo sus grandes posibilidades a un mero soporte técnico para cables y conductos. Sin embargo, como se ha descrito en el post anterior, muchos son los usos que a lo largo de la historia se han ido asignando al elemento cierre de nuestras casas y edificios públicos. Diversas interpretaciones todas muy diferentes entre sí, pero con un objetivo común. 

Ático del Doctor Beistegui, París1930. Le Corbusier.

Unité d´habitation de Marseille, 1947-1952. Le Corbusier.

Prácticas portátiles espontáneas. SoHo Nueva York, años 70.

Ante el panorama actual de nuestras ciudades contemporáneas, urbes llenas completas, que han consumido vorazmente el territorio que las rodeaba, nos planteamos la posibilidad de solucionar problemas locales desde arriba, con la cubierta como soporte. Repensar nuestros edificios , pero ahora al revés, empezando desde arriba. Las imágenes nos invitan a que lo intentemos ya que el resultado es al menos alentador.